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lunes, 28 de abril de 2008

"DISCRIMINACIÓN DE LA MUJER"



Mujer: 


     Persona del sexo femenino; esta persona cuando llega a la pubertad; la casada, con relación al marido; prostituta; de mala vida, mundana, casquivana, perdida, pública; mujer de su casa, la que gobierna, ejecuta los quehaceres domésticos, cuidado de su hacienda y familia, etc.; fácil, la considerada adorable sexualmente, fatal, mujer irresistible, seductora.
Por décadas la mujer ha sido víctima de la discriminación, por razones tradicionales y preestablecidas en una sociedad determinada, o las comúnmente encontradas en civilizaciones modernas, entre las que son comunes las reiteradas: raza, sexo, religión, más aquellas no aceptadas por romper lo cotidiano, lo normal, como la inclinación por el sexo similar. 

La etimología de DISCRIMINACION, esta palabra proviene del latín y significa separar, distinguir, diferenciar una cosa de la otra, discriminación (o discriminación social); es decir, tratar a una persona de manera diferente. Muchas veces su origen se encuentra en decisiones adoptadas respecto a otras personas, basadas en razones que terminan en prejuicios.
Si bien es cierto que en el balance entre hombre y la mujer existen diferencias biológicas, a ella le adjudican valores negativos aportados por la sociedad, cuyo basamento socio-filosófico se fundamenta en el machismo. Esta deducción hace pensar que a pesar de las diferencias bio-psico-social entre lo masculino y lo femenino, la mujer se ha ganado su espacio en la sociedad y lucha por mantenerlo. Durante años para el hombre ha sido un instrumento sexual, destinado a la reproducción y a la atención del hogar, la familia y los hijos. Sin medios económicos de subsistencia no le quedó otra alternativa que asumir ese rol. 

     Los tiempos cambian y la mujer logró, a través de su lucha, conquistas sociales y laborales, al enfrentarse el reto de trabajar en una entidad y en los menesteres del hogar, lo cual significó -sin la menor duda- una nueva y pesada carga para ella.


     La discriminación puede adoptar diversas formas desde la sexual hasta la étnica. En pleno siglo XXI muchas sufren desigualdades, el feminismo da miedo a diversos sectores, pero es hora de imponerse a las costumbres que las marginan y discriminan, en forma más o menos humillante, pero, ¿Sin sufrimiento por parte de la mujer? En casi todas las sociedades y esferas de actividad la mujer es objeto de desigualdades, manifestada en la familia, en la comunidad y el lugar de trabajo. Aunque sus causas varían de un país a otro, la discriminación contra la mujer es una realidad difundida y perpetuada por la supervivencia de estereotipos, prácticas y creencias culturales y religiosas tradicionales que la perjudican. En varios países del mundo se les priva de sus derechos legales, incluido el voto y el derecho de propiedad, diferencias que no tiene otro nombre que discriminación, flagelo que obstaculiza el crecimiento económico, la prosperidad y propicia la violencia en proporciones inusitadas. No es posible estudiar la realidad de las mujeres sin tener en cuenta a los hombres, ya que el mundo femenino es parte del mundo masculino, por complementarse y necesitarse, bio-antropológicamente, en la misma proporción.


     Es un hecho cultural que a las hembras se les adjudiquen valores negativos; a la mujer se le encasilla en actividades femeninas y a los varones en las llamadas masculinas, estableciendo una jerarquía de género que lleva a relaciones de dominación-sumisión entre lo masculino y lo femenino. 
El uso del concepto de género conlleva a: Detectar conductas sexistas, capacidad o deficiencia por razón del sexo, sin conocerla en su individualidad, ni comprobar que lo tomado por regla general se aplicable a un caso concreto. La utilización del género en el trabajo-estudio -.y en la comprensión de la vida cotidiana- ayuda a no caer en el error de aceptar estereotipos (modelos) de hombre y de mujer que nos presentan como válidos y confunden por tergiversar la realidad.


     Las diferencias entre el varón y la mujer, fuera de las diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija que haga a unos seres humanos varones y a otras mujeres. Las diferencias de manera de pensar, obrar y valorarse nacen de la cultura de un país y de una época determinada, que asigna a las personas características que emanan de las conveniencias de las estructuras sociales. Muchos consideran el término género como una forma de referirse al sexo, considerando en ello a los seres humanos masculinos y femeninos. Una nueva perspectiva del término se refiere al género como rol socialmente construido, donde las relaciones entre las mujeres y los hombres se basan en lo asignado por la sociedad para uno u otro sexo.
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Recuerdo que de niña, mi padre por ser la mayor de mis hermanos, siempre me quería tratar como un niño, cuando ingresé a primer año de primaria, me compró una mochila de hombre, nunca se me olvida, siempre quería que le estuviera ayudando cuando él hacía algún trabajo utilizando herramientas, quería que me aprendiera sus nombres, me ponía a hacer trabajos pesados, de los cuales para una niña era difícil, yo le quería hacer entender esa situación, pero no era posible, le planteaba el problema a mi madre y ella solo se quedaba callada, ¿No tenía facultad de defenderme o que? ¿Porqué lo permitía? siempre se lo reproché, le platiqué a una tía mi inconformidad, y fué ella quien me explicó que el hombre era muy machista, y que la mayoría prefería que el primogénito fuera hombre, pues en mi caso no fue así.
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Sabes no me importaba mucho el trabajo que me ponía a hacer, ya estaba acostumbrada, pero lo que sí me afectaba, era sentir que el disfrutaba cuando me obligaba a hacer tareas difíciles, el sabia que a veces yo no podía, recuerdo su risa en forma de burla.
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Los padres deben de ser parejos con todos sus hijos no debe de hacer diferencias sea hombre o mujer, en lo que al amor respecta. El tenía preferencias, cuando nacieron mis tres hermanos varones, a ellos les compraba ropa, los sacaba a pasear, les daba dinero, eran su adoración, y hasta la fecha se nota la diferencia, cualquiera se daría cuenta.
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Mi madre una admirable mujer, pero muy débil ante la presencia de mi padre, ella no podía tomar decisiones propias, el debía ser quien daba la última palabra, en una ocasión mi madre se fue a buscar trabajo, viendo la necesidad que teníamos, llegó mi padre y se dio cuenta que no estaba en casa preguntándonos a donde había ido, como mi madre nunca salía, y ni amistades tenía, por ser la mayor siempre me tocaba responder, !!!ufff que miedo!!!, estaba hecho un ogro, le dije que estaba trabajando en una empresa cerca de la casa, me pidió dirección y señas, mi mamá no terminaba su turno, ah pues el señor fue por ella, la sacó del trabajo, y aparte nos mando a todos a la casa de una tía, hubo una discusión tan fuerte, mi madre jamás volvió a salir de la casa, !!!uyyy que coraje!!!, aunque fuera mi padre, me daba rabia el tipo de hombre que era, tan macho según el. Vivíamos con muchas carencias, pero para el, que mi madre trabajara era una ofensa.
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Cuando cumplí la edad de 15 años, le dije que iba a trabajar en mis vacaciones de verano, ¿Que crees? que me puso una regañada, me dio un sermón nunca escuchado, le dije que si el no me suplía mis necesidades tenía que hacerlo, el me gritaba, por cierto no podía hablar sin gritar, duramos horas hablando hasta que lo convencí que solo dos meses trabajaría, para comprar ropa, que si no me gustaba el trabajo me saldría antes. 

Ups 😕 logré mi objetivo ante un ogro, no lo podía creer, pero de ahí en adelante empecé a ser un poco más libre, no para mal, sino en el aspecto de que empezaba a tomar mis propias decisiones en mi vida, aunque era chica, antes no medía el peligro, ahora entiendo todo lo que mi padre me decía. Porque en ese trabajo vi muchas cosas que jamás en mi vida imaginaría. Aprendí a ser una persona respetable y sobre todo ser respetada.

Karina


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