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domingo, 18 de mayo de 2008

No hay mÁs, sÓlo mujer



No hay más.
Sólo mujer para alegrarnos,
sólo ojos de mujer para reconfortarnos,
sólo cuerpos desnudos,
territorios en que no se cansa el hombre.
Si no es posible dedicarse a Dios
en la época del crecimiento,
¿qué darle al corazón afligido
sino el círculo de muerte necesaria
que es la mujer?
Estamos en el sexo,
belleza pura, corazón solo y limpio.

Jaime Sabines

miércoles, 7 de mayo de 2008

Mujer




Hoy me encuentro divagando pensando en el día 
En que conocí tu cuerpo, de cabeza hasta los pies 
Sabes quisiera decirte que nunca me imaginé 
Que debajo de esa ropa existiera esa Mujer. 

Pienso en aquellos instantes y me encanta recordar 
Como disfruté, es tiempo sin pensar en nadie mas 
Tu me amaste con locura no he dejado de pensar 
En tu cuerpo y en tus besos que nunca he de olvidar. 

Morena de ojos obscuros tu me hiciste a mi temblar 
Con tus besos me cubriste y me amaste sin cesar 
El tiempo se me hace eterno deseo volverte amar 
Estrecharte entre mis brazos y volverte a desnudar. 

Me amaste como ninguna no se como a ti pagar 
Siento una deuda externa que nunca podré saldar. 

EL JUEZ LOCO APRIL 20/07

viernes, 2 de mayo de 2008

Mujer virtuosa...





“Mujer virtuosa,¿quién la hallará? Su valor sobrepasa largamente al de las piedras preciosas. El corazón de su marido confía en ella y no carecerá de ganancias. De ella recibe el bien y no el mal todos los días de su vida. Ella busca la lana y el lino, y trabaja gustosamente con sus manos. Es como la nave del mercader, que trae su pan desde lejos. Siendo aún de noche, se levanta para dar la comida a su familia y la ración a sus criadas. Considera la heredad y la compra, y con sus propias manos planta una viña. Se ciñe firmemente la cintura y esfuerza sus brazos. Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche. Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso. Alarga su mano al pobre; extiende sus manos al menesteroso. No teme por su familia cuando nieva, porque toda su familia va vestida de ropas abrigadas. Ella se teje los tapices, y de lino fino y de púrpura es su vestido. Su marido es conocido en las puertas de la ciudad, cuando se sienta con los ancianos del país. Teje telas y las vende, y provee de cintas al mercader. Fuerza y honor son su vestidura, y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría y la ley de la clemencia está en su lengua. Considera la marcha de su casa y no come el pan en balde. Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, y su marido también la alaba: “¡Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú las sobrepasas a todas!”. Engañosa es la gracia y vana la hermosura, pero la mujer que teme a Jehová, esa será alabada. ¡Ofrecedle del fruto de sus manos, y que en las puertas de la ciudad la alaben sus hechos!” Probervios 31.10 – 31